Estamos frente a una pandemia COVID-19 inesperada de la cual conocemos poco y no sabemos aun todas las consecuencia que traerá consigo.
Dependiendo de la gravedad del cuadro clínico, las secuelas serán temporales o permanentes.
Poco a poco se va conociendo la historia clínica de la enfermedad y se empiezan a reportar sus caracteristicas, fases, tratamientos y complicaciones en publicaciones de todo el mundo.
Existe en la actualidad gran cantidad de conocimiento acumulado sobre el manejo y la recuperación de cuidados intensivos, pero hay una escasez de recomendaciones basadas en la evidencia, con respecto a la rehabilitación física después de COVID-19.
Entre las posibles estrategias para rehabilitar a los pacientes sobrevivientes de COVID-19, el entrenamiento de resistencia (RT) que consiste en las contracciones musculares voluntarias contra algún tipo de resistencia externa puede ser particularmente interesante,
Se ha demostrado que es una estrategia segura y factible para aumentar capacidad funcional tanto en afecciones respiratorias agudas como crónicas (Troosters et al., 2010; Liao et al., 2015; Li et al., 2019; Rice et al., 2020).
Basado en la evidencia científica actual, RT puede ser seguro, eficiente en el tiempo y fácil de implementar en casi cualquier lugar y con recursos mínimos.
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